En “Singularity is near” Kurweil sostiene que hacia 2046 la tecnología permitirá codificar las mentes (como si fueran programas de ordenador), y cargarlas encriptadas en ‘la nube’ para formar una conciencia única e inmortal, que controlará todo el poder de computación del planeta.  Sostiene que los baby boomer son la primera generación que se hará inmortal y que se podrá hablar con los muertos como quien habla con un software de AI.

Una derivada indeseada de algo parecido sería la guerra que plantea Hugo de Garis entre las máquinas inteligentes y la Humanidad, la “Artilect War”.

Todas estas teorías evidencian un profundo desconocimiento tanto del ser humano como de lo que realmente es la inteligencia artificial. Pero venden bien entre un público que obtiene sus datos y conocimiento del mundo a través de la TV e Instagram.

La guerra de verdad que está en marcha tiene que ver con el estado de crisis perpetua, la abolición del dinero físico, la renta básica universal, la robotización, el control total, la represión de la natalidad, el reemplazo racial, y el  transhumanismo.

No es una guerra entre países o de máquinas contra personas. Es una guerra de unos pocos contra el resto. Y van ganando, puesto que la mayoría de la población parece haber asumido el discurso fundamental: que son una plaga que devora “el planeta” y que debe ser erradicada de alguna forma.