El infinito es una percepción resultado de un universo con más dimensiones que nosotros.

Si un hombre de 2 dimensiones paseara por la superficie de la tierra llegaría a la conclusión de que ésta es infinita en todas sus direcciones. Y si andara lo suficiente, se encontraría en el mismo punto de partida pero visto desde el otro sentido.

Análogamente el universo nos resulta inabarcable porque no podemos abstraernos al tiempo. Si pudiéramos hacerlo veríamos que en realidad todo es lo mismo, y que es nuestra perspectiva lo que nos induce el sueño de infinito.

Si nuestro caminante de dos dimensiones mirara con más detalle percibiría que hay una cierta curvatura, incluso en él mismo, y que su realidad no es totalmente 2D necesitando de una tercera dimensión para explicar lo que ve.